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Jesús no era cristiano. Nunca se proclamó Mesías. Era un hebreo observante que jamás hubiera imaginado dar origen a una nueva religión y mucho menos fundar una «Iglesia». Para darse cuenta de esto basta leer con atención y por entero el Nuevo Testamento. Es lo que hace este libro, en el que, desmintiendo la pretensión de historicidad de la dogmática y volviendo críticamente sobre los hitos fundacionales del cristianismo, se presenta a Jesús como un profeta judío itinerante, un misionero apocalíptico que anunciaba la buena noticia del próximo fin del mundo y del inminente triunfo del Reino.
Jesús no era cristiano. Nunca se proclamó Mesías. Era un hebreo observante que jamás hubiera imaginado dar origen a una nueva religión y mucho menos fundar una «Iglesia». Para darse cuenta de esto basta leer con atención y por entero el Nuevo Testamento. Es lo que hace este libro, en el que, desmintiendo la pretensión de historicidad de la dogmática y volviendo críticamente sobre los hitos fundacionales del cristianismo, se presenta a Jesús como un profeta judío itinerante, un misionero apocalíptico que anunciaba la buena noticia del próximo fin del mundo y del inminente triunfo del Reino.
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FormatoImpreso
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EstadoNuevo
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Isbn978-84-9879-314-7
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Peso0.11 kg.
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Tamaño12 x 20 cm.
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Número de páginas96
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Año de edición2012
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Edición1
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EncuadernaciónRústica
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ReferenciaTRC10211
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Colección
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Código de barras9788498793147