El derecho de insolvencias se ha asentado tradicionalmente sobre el principio de la par condicio creditorum. Pero la realidad es distinta. La igualdad de pérdidas no es el guión medular de todo el procedimiento de insolvencia. Al contrario, frente a la paridad utópica y proyectada, la realidad legal, la clasificación, el privilegio, las causas de preferencias sean estas de origen legal o lo sean de origen convencional. El privilegio es un plus que se añade al crédito. Con este ensayo pretendemos desmitificar este principio, este, en realidad, mito. La par condicio es hoy una idea-valor, un prontuario en un arquitabe. Pero dista mucho de la finalidad a la que un día sirvió.