Durante la Primera Guerra Mundial, el antropólogo Bronisław Malinowski quedó retenido, muy a su pesar, en las Islas Trobriand, en la costa oriental de Nueva Guinea. Esta desgraciada circunstancia le ofreció, sin embargo, la oportunidad de convivir una larga temporada con los nativos y revolucionar por completo la disciplina de la antropología. Durante ese tiempo en las Islas Trobriand, comenzó las investigaciones que lo llevarían a la redacción de este libro, un verdadero clásico de las humanidades inédito hasta ahora en nuestro país. Se ocupó de estudiar la relación de los nativos con la sexualidad, el erotismo, el incesto, la represión, el poder y la paternidad.