El ejemplo de la breve historia de la aplicación de esta norma sirve para poner de manifiesto que para dirigir correctamente la actividad de la Administración que gestiona prestaciones materiales de carácter social es más relevante atender a la eficacia directiva de la organización, el procedimiento y la financiación, que confiar en la regulación pormenorizada del contenido de esas prestaciones. Seguramente no es difícil caer en la cuenta de que los problemas que hoy pesan sobre la Ley de Dependencia no derivan de una deficiente regulación sustantiva de los derechos prestacionales; sino que son, sobre todo, problemas de organización, de procedimiento y de financiación.