Las orugas vivieron sus experiencias dejando atrás las afiladas púas que les incomodaban su procesión diaria, se encerraron en su capullo y se convirtieron en crisálidas, meditaban cada día en su transformación soñando con el día en el que volarían con libertad siendo blancas mariposas aladas. Esta metáfora recoge el sentido de este poemario, las palabras que en él habitan son fruto de la transformación de la autora, una fuente de expresión emocional que invitan al cambio, la libertad, la superación y el amor incondicional.