La crisis actual no es ni una crisis financiera ni la suma de crisis sistémicas múltiples (energética, alimentaria, ecológica, climática), sino la crisis del capitalismo oligopólico que ha alcanzado el estado de senilidad. El principio de acumulación sin fin que define al capitalismo es sinónimo de crecimiento exponencial, y éste, como el cáncer, lleva en sí a la muerte. Y son las contradicciones internas propias del proceso de acumulación las responsables del hundimiento financiero del 2008.