En esta obra, Simmel sitúa el campo de investigación de esta disciplina como el espacio intermedio donde se produce el constante fluir de la interacción social, donde los encuentros generan actitudes y rituales, tanto en situaciones previstas como casuales y espontáneas. Es por ello que Simmel incluye en su perspectiva sociológica fenómenos hasta ese momento desatendidos, como el secreto, el amor, la amistad y la gratitud, entre otros. Al evitar el estilo científico académico, Simmel crea un nuevo tipo de ciencia, que partiendo de una interrogación epistemológica y ontológica es capaz de proporcionar estructuras cognitivas sólidas acerca de las formas empíricas de lo social. De ahí que su «sociología formal» desemboque en una «sociología filosófica», desde la que plantea tres grandes oposiciones no superadas: entre individuo y sociedad, entre libertad e igualdad y entre socialismo e individualismo. Integrar estos contrastes en una síntesis es la gran tarea del futuro.
Georg Simmel (Berlín, 1858-Estrasburgo, 1918), filósofo y sociólogo alemán, doctor en filosofía por la Universidad de Berlín, fue cofundador de la Sociedad Alemana de Sociología. Pese a la tendencia en la época, Simmel centró sus investigaciones en las formas sociales; indagó en las relaciones tanto duraderas como transitorias y en cómo éstas tejen una red que nos vincula a unos con otros. Dejó tras de sí una rica herencia para el pensamiento sociológico. Sus reflexiones, sorprendentemente actuales, lo convierten en un autor imprescindible. Algunas de sus obras más destacadas son Problemas de la filosofía de la historia (1892), Introducción a la ciencia moral (1893), Filosofía del dinero (1900), Cuestiones fundamentales de sociología (1917) y El conflicto de la cultura moderna (1918).