La vida de miles de bogotanos gravita alrededor del centro tradicional de la ciudad. Otros lugares de la ciudad, algunos con alguna tradición histórica, le han entablado una constante competencia espacial al centro tradicional en disputa de sus residentes y de las actividades humanas que allí se realizan. El centro acoge también a una diversidad de agentes interesados en vivir en él y de él, hasta configurarse en una zona de innegable valor de uso popular, de la mayor trascendencia socio-política para nuestra sociedad. A esa dinámica se suman los esfuerzos estatales y de algunos residentes para conservar los activos inmobiliarios históricos.