En este volumen IV el acontecimiento clave se ubica en las consecuencias culturales de la Revolución francesa para el moderno sistema-mundo como un todo. Ésta había legitimado el concepto de la normalidad del cambio político y de la idea de que la soberanía no yacía en el soberano sino en el pueblo. Las consecuencias fueron múltiples. La primera fue la creación de las tres ideologías modernas: conservadurismo, liberalismo y radicalismo. El argumento de este volumen en su conjunto es que el liberalismo centrista logró domesticar a las otras dos ideologías y emergió triunfante en el curso del ciclo.