Hasta cierto punto, todos los trabajos psicoanalíticos constituyen un diálogo imaginario con Sigmund Freud. Luego de presentar en el 2012 mi Carta Imaginaria número 5 en el Instituto Psicoanalítico de Londres, durante el encuentro del Freudian Study Group, tuve la sensación de que mi conversación psicoanalítica llegaba a su fin. Debía dedicar mis energías a avanzar en la descripción de lo que denominé la autorrehabilitación acompañada y la comprensión de la psicosis como un fenómeno de destrucción y descomposición psicológica (…). Era justo que quedara un testimonio de mi larga conversación con Freud. Ese es el sentido de este libro. (De la Introducción)