El libro es una experiencia narrativa que entrelaza la subjetividad de la autora con las vivencias y las voces insulares. Bajo un lenguaje emotivo, muestra cómo la protección al multiculturalismo y al medio ambiente, plasmada en la Constitución de 1991 como apuesta inclusiva, progresista y democratizante -pensada desde el continente colombiano-, es apropiada, resignificada, resistida y negociada en las fronteras de la nación por los raizales de Providencia. La autora acude a la historia y a las geografías imaginadas para descubrir los procesos de etnización, biodiversificación y eco-turistificación que los providencianos adelantan en aras de encontrar reconocimiento y articularse a Colombia.