En los tiempos de esplendor de la prensa convencional se decía que esta era el cuarto poder al servicio del Estado; y la audiencia, pese a su aparente dispersión, recibía el título de quinto poder. El cambio global en el mundo de la comunicación, debido a la irrupción de internet, ha conducido a una situación en la que se ha prescindido de los lectores quienes decían a los medios qué fallaba y cómo podían mejorar. Esta desvinculación del público redunda sin duda negativamente en la calidad ética de la prensa y del periodismo en general. Este libro recoge una casuística que abarca ejemplos de vulneración de los códigos deontológicos de la profesión periodística en España, Europa y USA.