Con la crisis actual, al quedar desacreditado el fundamentalismo del mercado, es posible ver con objetividad los aspectos socialmente negativos del modelo que durante los últimos veinte años se había presentado como el único posible. Detrás de la burbuja financiera estaba un modelo desigual de crecimiento, que concentraba la riqueza en una minoría, mientras se estancaban o disminuían los ingresos de la mayoría. En este sentido, la socialdemocracia podría volver a estar de actualidad, con su propuesta de creación de una sociedad cohesionada, de crecimiento compartido y de apuesta por un futuro sostenible, para cada país y para la sociedad global.