La división de Corea fue un hecho histórico previsible y prácticamente obligado, teniendo en cuenta las tensiones que dominaban el escenario político internacional en 1945. La bipolaridad creciente entre Estados Unidos / URSS consolidó la división, que tuvo en la guerra entre las dos Coreas, el punto de no retorno. El conflicto aniquiló a ambas Coreas con la destrucción de todas sus estructuras y contribuyó a alimentar durante décadas la confrontación bipolar de la llamada “guerra fría”, aún presente en este rincón del mundo.