Sylvie Le Poulichet, en su intento de fundar una clínica psicoanalítica de las toxicomanías, parte de la abstinencia de droga y sus efectos, y comprueba la presencia de una dimensión alucinatoria en la abstinencia vivida por los pacientes. La operación del farmakon (concepto heurístico y explicativo de la novedosa propuesta de la autora) representa un intento de cancelación tóxica del dolor y una restauración de un objeto alucinatorio. Sobreviene como en respuesta a una falta de elaboración del cuerpo pulsional, ligada a una insuficiencia de la función simbólica.