Este libro pone de manifiesto una verdad conocida pero muy frecuentemente olvidada: que los servicios policiales en cada momento, en cada país, en cada coyuntura, no cesan de vigilar al discrepante, ayudados por redes voluntarias o a sueldo formadas por delincuentes, periodistas e intelectuales. En este libro se reúnen informes sobre Karl Marx elaborados por las policías –o por informantes, confidentes y espías al servicio de la misma– de media Europa. Y revelan que Marx estuvo siempre vigilado, que las autoridades conocieron –o trataron permanentemente de conocer– los pensamientos, las palabras, las acciones y las omisiones tanto del autor de “El capital” como de sus allegados.