Las estrechas e históricas relaciones entre España y Puerto Rico, vivieron un momento profundamente convulso a fines del siglo XIX, como consecuencia del fin de la presencia española en la Isla, a raíz de la victoria norteamericana en aquella tristemente recordada Guerra del 98, con la cual se ponía fin a cuatro siglos de historia común. Pero, además, el siglo XIX sería el de la cimentación de una nueva nacionalidad, que desembocaría en el surgimiento de un nacionalismo puertorriqueño, que a la postre promovería, al menos en cierto modo, su independencia de España.