Este libro toma como punto de partida la afirmación del amor a Dios atribuida a San Agustín «te amo, quiero que seas» para examinar la conexión entre la fe y el amor de un modo accesible para la audiencia tanto creyente como laica. El autor critica el impulso por el mero éxito material y sugiere que el amor debe convertirse en algo más que una virtud privada en la sociedad contemporánea. Asimismo, la obra, cuyo mensaje rehuye del academicismo y se presta a la tolerancia y la comprensión religiosas, presenta las profundas disquisiciones acerca del misterio del amor de Dios para dar respuestas tanto a creyentes como no creyentes que busquen la trascendencia en nuestros tiempos desconcertantes.