La economía social y solidaria se constituye en un campo de reflexión y actuación económica. Mediante este espacio se busca revitalizar el trabajo humano como una construcción colectiva; se postula como una forma de hacer comunidad. Igualmente, es una opción para configurar experiencias económicas que apunten a dar autonomía a quienes se involucran en estas organizaciones, desde la autogestión, la ayuda mutua y la creación participativa.