Con un estudio paciente, minucioso y crítico del juego incesante entre el discurso político-militar y la realidad de la ciudad en la época clásica, la autora nos presenta, si no lo que podríamos llamar -la ideología ateniense-, al menos el acceso al imaginario de la ciudad modelo, con sus ambigüedades, sus puntos ciegos y sus conos de sombra. En la célebre oración de Pericles que exalta la excelencia, sale a la luz una representación aristocrática de la democracia, o bien una de las primeras expresiones del elitismo democrático.