La presencia de Simone Weil en el panorama filosófico, literario y cultural ha ido en aumento en los últimos años. Su vida y su obra, dotadas de extraordinaria pureza y autenticidad, son objeto de admiración, no exenta de crítica. La mayoría de sus lectores manifiestan haberse visto atraídos por un impulso interior que les ha permitido afrontar el riesgo que se corre al acercarse a sus escritos: el riesgo de desmontar todos los planteamientos y poner en cuestión todas las creencias.