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El animal que luego estoy...

El animal que luego estoy si(gui)endo

  • Año de edición 2008
COP $ 130.000
COP $ 98.000 25% de descuento

Se reúnen aquí varios trabajos, algunos inéditos, de Jacques Derrida dedicados a la cuestión de «los animales». Preocupación constante y casi obsesiva que procede de una exquisita sensibilidad afectiva e intelectual hacia muchos de los aspectos de la vida animal desdeñados por «la más poderosa tradición filosófica en la que vivimos». Esa displicencia filosófica ha ignorado sobre todo su sufrimiento. La cuestión que procede plantearse no es si los animales pueden razonar sino: «-pueden sufrir?» (Bentham).

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Se reúnen aquí varios trabajos, algunos inéditos, de Jacques Derrida dedicados a la cuestión de «los animales». Preocupación constante y casi obsesiva que procede de una exquisita sensibilidad afectiva e intelectual hacia muchos de los aspectos de la vida animal desdeñados por «la más poderosa tradición filosófica en la que vivimos». Esa displicencia filosófica ha ignorado sobre todo su sufrimiento. La cuestión que procede plantearse no es si los animales pueden razonar sino: «-pueden sufrir?» (Bentham).
  • Formato
    Impreso
  • Estado
    Nuevo
  • Isbn
    978-84-8164-962-8
  • Peso
    0.20 kg.
  • Tamaño
    15 x 23 cm.
  • Número de páginas
    190
  • Año de edición
    2008
  • Edición
    1
  • Encuadernación
    Rústica
  • Referencia
    TRC20049
  • Colección
  • Código de barras
    9788481649628
Jacques Derrida

Jacques Derrida

Autor

Nacido en El-Biar (Argelia) en 1930, es uno de los pensadores mayores de la escena filosófica del presente, señalada por la estrategia de la deconstrucción ligada a su nombre. Fue director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, donde impartió seminarios hasta su fallecimiento en 2004, además de profesor visitante en diversas universidades norteamericanas. En una entrevista concedida pocos meses antes de su muerte, Derrida se despedía con estas palabras: «Somos estructuralmente supervivientes, estamos marcados por esta estructura de la huella, del testamento. Pero […] la deconstrucción está siempre del lado del sí, de la afirmación de la vida».