La palabra «metafísica» suena a pasado. Una mirada a su historia muestra, sin embargo, que si hay algo tan tenaz como el intento de hacer desaparecer la metafísica es su capacidad de supervivencia. Empezaron los escépticos y los sofistas tratando de cerrar cualquier salida metafísica al rechazar la certeza de todo conocimiento. En la Edad Media, el ataque vino de la teología, al oponer la certeza de la fe a la mera probabilidad de la razón. El empirismo moderno desplazó el pensar metafísico al centrarse en la experiencia misma, hasta que llegó la respuesta de Kant y de su complejo sistema sobre las posibilidades del conocimiento humano.