Desde hace tiempo se dice que Nietzsche no sería propiamente un filósofo, sino un poeta, pero a la hora de examinar sus textos, los investigadores se olvidan de ello y ofrecen explicaciones sistemáticas y definitivas cuando este pensamiento exige otra modalidad de análisis. El presente ensayo, publicado en primera edición en 1994, quiere ser fiel al espíritu nietzscheano, que ama la contradicción, el juego y la risa. Propone estrategias formales y estilísticas para aumentar ese espíritu lúdico y burlón, y en vez de escribir el ensayo desde una voz única, lo hace desde varias. De esta manera refuerza esa idea de polifonía que Nietzsche formuló con la frase: -La verdad es mujer-.