La vida a fin de cuentas no tiene a París o Nueva York por escenarios privilegiados. Esto es precisamente lo que se juega en La casa del señor Medina, novela que mantendrá en vilo al lector hasta la última página, por cuenta de la incógnita sobre un probable tesoro colonial enterrado en una casa abandonada en donde, al parecer, aún circula el falso fantasma de un virrey atormentado. Pero no sólo se trata de que el escritor Francisco González Medina tenga la capacidad de elaborar una trama absorbente escrita con pulso vertiginoso como un thriller moderno, sino que mientras asistimos a los avatares detectivescos de Alejandro y Laura en el Tambo, Cauca, lugar donde se llevó a cabo la famosa Batalla de la Cuchilla,vemos narrada, como si tratara también de una crónica, la vida en un pueblo de la provincia con sus toques de tedio costumbrista, pero al mismo tiempo sentimos los entrañables paisajes, el clima de intriga, aventura y fantasmas como en una novela gótica. Al mismo tiempo, asistimos a la compleja realidad de Colombia. Nadie que comience a leer esta novela, donde dos periodistas en pleno idilio amoroso traman la recuperación de la casa del tesoro, pensaría entonces que se trata también de un relato sobre la continuidad de la violencia que va del pasado al presente, o de la manera como la guerra en Colombia no terminó con la Batalla de la Cuchilla, como podría suponerse. Que finalmente haya o no tesoro es uno de los misterios de esta novela o de la sabia ironía con la que está resuelta la sorprendente trama.