

Autor
Nació en Barcelona en 1964. Cuando era pequeña su madre ya hacía yoga, pero a ella le parecía un poco extraño...
Tuvo que crecer para interesarme por el yoga y, con más de treinta años, empezó la formación para ser profesora. Esta decisión fue el principio de un cambio muy grande. Desde entonces, el yoga le acompaña siempre y ayuda a llevar una vida sencilla y bonita. Le está muy agradecida.
¿Pero es necesario hacerse mayor para descubrir el yoga? No. Por eso ha escrito este cuento.
En la universidad estudió traducción e interpretación. Aunque ha estudiado lenguas, es una enamorada del silencio. En silencio se siente en comunión; no se siente nunca sola ni aislada.
Vive en Bellaterra con sus hijos, que van y vienen, y dos perras que cada día le sacan a pasear por el bosque. ¡A ellas también les da las gracias! Le gustan mucho la montaña y la música. Y trabaja en cosas diversas, algunas relacionadas con el yoga, como la dirección de Proyoga, la sala de yoga que su madre fundó en 1985.
Autor
Nació en Barcelona en 1983 y creció en la Garrotxa (una comarca de Gerona), en una casa muy grande y muy antigua rodeada de árboles, el escenario perfecto para inventar historias y aventuras con su hermano.
Su madre pintaba cuadros y hacía esculturas, y ella se sentaba a su lado y se quedaba mirando. A menudo se ponía también manos a la obra y dibujaba con la espontaneidad que tienen los niños y que, a medida que te haces mayor, vas perdiendo. Fueron pasando los años y poco a poco fue dejando de jugar, de imaginar y de dibujar.
Hasta que se matriculó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Y allí se volvió a encontrar con los pinceles, las pinturas y la Maria más creativa. En cuarto curso se fue a vivir a Bolonia (Italia), donde descubrió el grabado. El año siguiente lo pasó en la Universidad de Sevilla. Y después volvió a Barcelona y estudió ilustración en la Escola Llotja.