A través del estudio y de los aportes que podía recibir de la cultura de su época, uniendo información y sensibilidad, talento y coraje, Delmira Agustini logró decir lo que tantos seres –no sólo las mujeres– llevan dentro y no logran o no se atreven a formular. Por eso leerla asombra, desconcierta y seduce. Delmira ha dejado una poesía reveladora, que cierra una época y abre otra: la de nuestra contemporaneidad neurótica y dúplice, libertaria y extrema.