-Eduardo Lizalde representa un caso raro en la poesía mexicana, al menos, por dos razones: una, que su reconocimiento como poeta sólo se dio pasados los cuarenta años con la publicación de El tigre en la casa, y que, por la vertiente primordial de su país, ha sido y es el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés: de Rutebeuf y Villon, de Baudelaire y Rimbaud, de Lautréamont y Artaud. De todos, sin duda, su influencia múltiple, su verdadero dios ha sido Charles Baudelaire.- Marco Antonio Campos.
Ciudad de México, 1929. Estudió filosofía y literatura en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y música en la Escuela Superior de Música.
Su poesía ha quedado indisolublemente ligada a la imagen solitaria, sanguinaria y hermosa del tigre, desde la publicación en 1970 de El tigre en la casa y hasta Otros tigres, donde rinde tributo a algunos tigrómanos ejemplares como Jorge Luis Borges, Horacio Quiroga, Rainer Maria Rilke y William Blake.
Su obra ha sido reconocida con el Premio Internacional Alfonso Reyes, que también han merecido autores como Jorge Guillén, Octavio Paz, Rubén Bonifaz
Nuño o Mario Vargas Llosa.