Un francés llamado Descartes concibe en sueños y en tierras alemanas su -Discurso del método-. Pero es en Holanda -allí pudo haberse cruzado con el pequeño Spinoza paseando de la mano de su padre- donde el pensador escribió y publicó el texto que transformó la filosofía occidental. Aun sin conocerlos, el filósofo comparte una misma incertidumbre esencial con Shakesperare y Cervantes: los tres autores dan testimonio del momento en que la condición humana se adueña de su destino. En esta obra -que es a la vez ensayo, meditación y biografía-, Pierre Bergounioux se pregunta si solo lejos, en un contexto de exilio, puede la reflexión redibujar el mundo.