En la multiculturalidad de la sociedad peruana, especialmente en la yuxtaposición de universos simbólicos y de sistemas de dominación-resistencia, radica gran parte de la complejidad y la riqueza de la obra de José María Arguedas. Hijo de esa sociedad, el autor hablaba quechua como lengua materna, empleando el español como medio de expresión, lo que aporta a su literatura la potencia, la complejidad, la radicalidad y la hondura que le caracterizan. En los relatos reunidos está presente el conflicto fundamental de la sociedad peruana, y también latinoamericana, que es el del despojo cultural impuesto por una formación económica avasalladora y dominante, enquistada en el seno de la tradición.