Lenz comienza como un informe: -El 20 de enero Lenz caminaba por la sierra-. No dice de dónde viene ni por qué ni a qué y no lo dirá nunca porque Lenz es un Bartleby, mejor dicho, un precursor de ese personaje que -preferiría no hacerlo-. Síntesis densa y expresionista del alma de un poeta escrita por otro poeta, en la compasión por Lenz, Büchner se funde con su personaje y encuentra su propia voz, una de las más bellas y originales de la historia de la literatura así como un camino radicalmente nuevo de entender el arte, ajeno a toda convención y norma.