Marienbad eléctrico es el registro del intercambio entre su autor y la artista francesa Dominique Gonzalez-Foerster, a propósito de una instalación de ella en el Palacio de Cristal de Madrid. Pero también es una suerte de diario personal, un paseo sinuoso y lúdico por las afinidades electivas de un hombre y una mujer permanentemente interpelados por el arte del siglo XX. Cultores de una fina esgrima de la conversación como de sugerentes equívocos, Vila-Matas y Gonzalez-Foerster dan cuenta a lo largo de estas páginas de la comunión creativa en la que han forjado su amistad.
(Barcelona, 1948). En el 68 se fue a vivir a París, autoexiliado del gobierno de Franco y buscando mayor libertad creativa. El apartamento donde se instaló se lo alquiló la escritora Marguerite Duras. Publicó su primer libro, La asesina ilustrada, en 1977 y desde entonces no ha dejado de escribir. Su literatura, fragmentaria e irónica, diluye los límites de la ficción y la realidad. Ha recibido numerosos premios como el Rómulo Gallegos y el Médicis. Con la publicación de su Historia abreviada de la literatura portátil comenzó a ser reconocido y admirado en el ámbito internacional, especialmente en los países latinoamericanos y en Portugal.