Libro impreso Misterios de Auguste Dupin, el primer detective, Los

Periférica

Edgar Allan Poe

Año de edición 2020
Referencia PEF10204
USD $ 22,19
Cantidad

Los tres misterios parisinos de Poe han pasado a la posteridad como el inicio de un nuevo género literario, el policíaco; y su protagonista, el diletante Auguste Dupin, como la encarnación de un nuevo héroe, rara combinación de científico sagaz y dandi excéntrico: el primer detective. En estas historias asoman los ingredientes inseparables del género: el rigor paradójico del detective, la empatía con la mente criminal, la intriga que resuelve fuera de plano cada detalle innecesario Son, además, una radiografía de la ciudad moderna y su claroscuro social, y una nueva sugestión democrática: la opinión pública. Leídas hoy, el valor de estas piezas maestras no reside en lo que anuncian, sino en la radical modernidad y plenitud de su propuesta.
Estado
Nuevo
Isbn
978-84-18264-59-7
Peso
0.24 kg.
Código de barras
9788418264597
Formato
13 x 21 cm
Número de páginas
168
Año de edición
2020
Edición
1
Encuadernación
Rústica
Tipo
Impreso
Colección
Largo recorrido
Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe

Autor

(Boston, 1809-Baltimore, 1849) vivió una vida marcada por la necesidad y la desgracia: huérfano desde muy pequeño, escritor profesional con constantes altibajos económicos, viudo tras el fallecimiento de su joven esposa, su prima Virginia Clemm. Pero su obra sentó las bases de la literatura del futuro. Si el genio es la capacidad de «crear un tópico nuevo», como afirmaba Baudelaire (que lo tradujo y vivió poseído por este «escritor de los nervios»), de Poe surgen las reglas más fecundas de la literatura moderna. Por ejemplo, las del flaneurismo y el individuo perdido entre las masas de las ciudades. O las del cuento de terror psicológico, del que fue maestro en piezas célebres como «La caída de la Casa Usher» o «El corazón delator». O los elementos que definen el género policíaco, con las historias protagonizadas por Auguste Dupin, el primer detective. Poe fijó incluso las claves de una poesía moderna, urbana y «desromantizada» que da pie a las vanguardias del siglo XX y llevó a Stéphane Mallarmé a definirlo como «el dios intelectual de su siglo». Su muerte, con apenas cuarenta años de edad (¿alcoholismo?, ¿sobredosis?, ¿suicidio?), sigue siendo un misterio.