¿Y si la metafísica fuera el bien más valioso de la historia de la humanidad? Está basada en una experiencia muy simple y desconcertante: la de la infinita belleza del mundo que se impone a nuestra inteligencia a pesar del mal, el sufrimiento y el absurdo, que encontramos continuamente y que no suscitan nuestra indignación solo porque la expectativa metafísica es primordial. La idea básica de la metafísica es que esta belleza tiene una razón, y que el hombre es parte de ella.
Al descubrir la belleza de las cosas, cuya contemplación nos procura la felicidad, al reconocer la dignidad del ser humano y atreverse a pensar en su capacidad de trascendencia, la metafísica nos proporciona razones para vivir y esperar, cumpliendo así la finalidad de la filosofía. Toda filosofía es metafísica o se lamenta de no serlo.
Esta obra propone una hermenéutica vigorizadora y una aplicación del pensamiento metafísico, a la vez que una concepción metafísica de la propia hermenéutica.
Jean Grondin (Cap-de-la-Madeleine, Canadá, 1955) es especialista en el pensamiento de Kant, Gadamer y Heidegger. Su campo de investigación abarca las disciplinas de la hermenéutica, la fenomenología, la historia de la metafísica y la filosofía clásica alemana. Desde 1991 trabaja en el Departamento de Filosofía en la Universidad de Montreal, y ha sido profesor invitado en diversas universidades e institutos de todo el mundo. Es doctor honoris causa por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, de Tucumán (Argentina) y titular de la Cátedra de Metafísica Étienne Gilson (París). Ha ganado numerosos premios, entre ellos el Killam, Léon-Gérin, André-Laurendeau y Konrad Adenauer.