Los libros del filósofo Byung-Chul Han (Seúl, 1959) describen la autoexplotación enfermiza de la sociedad capitalista y el exceso y desgaste que causa. ¿Por qué autoexplotación? Según la Encyclopaedia Herder, Han piensa que las fuerzas de opresión hoy en día no provienen de un poder externo, como las instituciones educativas, laborales o del Estado, sino precisamente de nuestra propia autoexigencia. Somos nosotros quienes trabajamos más horas, en varios lugares, llenamos nuestras vidas de cursos, planes y actividades, aumentamos nuestro rendimiento, todo justamente para sentir que hay ‘progreso’, que somos ‘más’, que ‘somos algo’, aunque, claro, todo esto provoque un desgaste emocional y físico altísimo. Este desgaste que Han llama un ‘no-poder-más’ significa para él el inicio de la autodestrucción personal y social. Es pasar de la ilusión de libertad al total rendimiento. Como dice en su libro más célebre La sociedad del cansancio “[la sociedad actual] es un campo de trabajo donde uno es al mismo tiempo prisionero y vigilante, víctima y criminal, señor y vasallo”. Así, no necesitamos quién nos vigile en la escuela, la universidad o el trabajo para producir, es todo una autoexplotación interna.

Además, esta auto-opresión tiene un poder ‘positivo’, es decir, las presiones sociales son siempre hacia presionar afirmativamente estos ideales de auto-control y auto-regulación: ‘confía en tí’ ‘si trabajaras más’ ‘no te rindas’... ‘Yes, we can’. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley (fuente). Puedes hacerlo todo, con tal produzcas y consumas acordemente. ¿Cómo salir de este ciclo de agotamiento si se trata de renunciar a nuestra propia exigencia? Por eso es tan difícil pensar críticamente en nuestra sociedad, la libertad y flexibilidad disfrazan en últimas la auto-alienación. Nuestro sometimiento termina siendo voluntario.

Ahora, según Han, no sólo estamos auto-alienados con respecto a nuestro trabajo sino también en nuestras relaciones sociales, afectivas y políticas. Bajo el capitalismo, la gracia es que todo tenga algún tipo de plusvalía, de ganancia, y por eso compartimos la vida pública como un medio de distracción, entretenimiento o trivialidad que, como afirma Han, despersonaliza en cambio todas las áreas de la vida íntima. Quiere decir que, al vernos obligados a mostrar nuestra identidad y a manejar nuestras relaciones como medios de consumo, como ‘contenido’ en redes sociales o en los medios, estamos cada vez más alejados de poder construir verdaderos lazos de conexión con los demás y claro, al ver nuestra vida como un producto, con nosotros mismos. A la vez, somos incapaces de dejar de consumir a los demás como mercancías entretenidas, de dejar de caer en las trampas del ‘engagement’ y de la adicción que nos causan las redes, que precisamente están diseñadas y optimizadas para mantenernos ‘online’. Esta reducción del ser en consumidor o medio de distracción funciona entonces como ciclo que se alimenta sobre sí mismo: producimos como ‘contenido público’ nuestra vida privada así como consumimos contenido hecho público de otras vidas privadas.

Los libros de Han nos invitan a cuestionar las cosas que tomamos por sentadas en nuestra sociedad actual, como el uso de las redes o nuestra obsesión y cansancio en el trabajo. Han abrió este cadáver social (porque ya se suponía muerto e instaurado como el ideal) y descubrió un sistema que no se basa en la fuerza y la coerción para funcionar sino en todo lo contrario: en la seducción.

Han nos hace ver cómo el capitalismo se dio cuenta de que no necesitaba ser punitivo, sino seductor. En lugar de decir no, dice sí. En lugar de forzar su sistema de explotación con reglas, disciplina y escasez, nos da la libertad de comprar lo que queramos cuando queramos, utiliza la mercancía para definir el ser y como medio único para convertirnos en lo que queremos, pero oculta que esta libertad de consumo es, de hecho, la única ‘elección’ disponible. Así, lo que creemos ser cierto resulta ser falso, las cosas por las que luchamos, sean relaciones en redes, sea mejorar en el trabajo, terminan siendo metas vacías que solo esconden las dinámicas de opresión del capital, de continuar el ciclo de producción/consumo. De pronto, propone Han, esa es la razón por la que cuando las obtenemos nunca terminan de satisfacernos, la razón de esta decepción constante, de los males mentales de las nueva generaciones, del agotamiento, la zozobra y la desesperanza.

En todo caso, estas son las condiciones actuales del paradigma posmoderno: el cambio del poder punitivo al poder auto-infligido y seductor. Analizar este paradigma es decisivo para nuestro futuro como humanidad porque produce los muy reales síntomas que nos afligen las mentes y los cuerpos: la alienación, la fragmentación de las creencias, la desintegración de lo real entre lo falso y la soledad lejana de la tecnología. Los lectores de Han se adentran en textos que le apuestan a hacerle una radiografía a estos poderes internos y externos que nos oprimen como sujetos posmodernos.

La pregunta que queda es: ¿cómo resistir a estos poderes? En su libro Loa a la Tierra Han explora la figura del jardín como una vuelta a la naturaleza, una vuelta a lo originario y a todas las fuerzas que rigen el mundo más allá de las imposiciones humanas. Hacer un jardín produce un cierto tipo de abono para pensar y vivir el presente, unos riegos para descomponer lo establecido, lo que creíamos ya tan arraigado. Invitamos a cultivar un jardín como el de Han, un jardín de pensamientos con ese olor a tierra mojada y disidente. Creamos esta playlist con música para inspirar jardines subversivos.

Si quieren conocer más a profundidad la obra de Byung-Chul Han, sus libros han sido traducidos al español por Herder Editorial y Caja Negra Editora. Aquí les dejamos una selección de libros y canciones donde hallarán su postura en temas como …

El mundo oriental

Clásicos que cambiaron la filosofía de hoy

En el capítulo de Cartografías Editoriales del 8 de junio su editor, Raimund Herder, nos habló sobre Han en un viaje por tres paradas: empezamos en Corea y descubrimos la angustia productiva de la sociedad del cansancio, luego pasamos por Friburgo, Alemania y sentimos los desajustes en el aroma pasajero del tiempo, y finalmente, llegamos a su jardín en Berlín, una loa a la tierra para volver a conectarnos con la naturaleza y la vida.

¿Nos acompañan? Hoy a las 8:00 p.m. por la HJUT 106.9 FM Bogotá o pueden conectarse online

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Puedes escuchar todas las canciones que acompañan esta ruta editorial para entender los efectos de la tecnología, las redes sociales y la fatiga general que sentimos con la rutina en nuestra playlist

“Para echar en el equipaje”

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