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Godot. Nuevo sello en distribución en Colombia

Hernán López y Víctor Malumian son los fundadores y editores de Godot de Argentina, nuevo sello en distribución de Siglo del Hombre. Desde Buenos Aires, ambos nos cuentan un poco sobre los origenes del sello editorial.

Godot. Nuevo sello en distribución en Colombia

Por: Depto. de Comunicaciones - Jacobo Celnik

miércoles, mayo 18, 2016

Hernán López y Víctor Malumian son los fundadores y editores de Godot de Argentina, nuevo sello en distribución de Siglo del Hombre. Desde Buenos Aires, ambos nos cuentan un poco sobre los orígenes del sello y aspectos destacados para conocer más de su fondo editorial.

Cuéntenos de ustedes por favor…

Los dos hicimos caminos muy similares. Somos Licenciados en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, y ambos tenemos experiencia como ayudantes de cátedra de algunas materias de la carrera. Entre 2005 y 2010 hicimos una revista, que compilaba ensayos y artículos de estudiantes y profesores de la carrera, con alguna temática particular. En 2010 empezamos a armar, de a poco, Ediciones Godot.

¿Cómo, cuándo y por qué surge Godot?

Como te decíamos antes, surge a partir de la inquietud que siempre tuvimos por la lectura. A lo largo de la carrera, y desde antes incluso, nos marcó mucho la experiencia como lectores. Con la revista, empezamos a entrar tímidamente en el mundo de la edición. Y cinco años después de haberla editado, nos preguntamos si no podríamos pensar en un proyecto de editorial que pudiera transformarse, en algún momento, en nuestro medio de vida. Y lo logramos cinco años después, a principios de 2015.

¿Por qué eligieron un nombre inspirado en el clásico de Beckett?

La obra nos parece genial. Está repleta de simbologías e interpretaciones posibles de quién es y qué representa ese personaje enigmático que es Godot. La revista directamente era al principio Esperando a Godot; después mutó a Godot; y en la editorial desde el principio nos convencimos de que tenía que ser Ediciones Godot.

Godot representa, en algún punto, el deseo postergado. Lo que se repite en todas las interpretaciones del clásico es la espera por algo que nunca llega y que se anhela. Con el rubro editorial pasa un poco eso, el deseo de ser publicado desde la mirada del autor o la búsqueda por el libro perfecto (nunca exento de una errata o un detalle que se podría haber mejorado) desde la mirada del editor.

Explícanos un poco esta frase: “El señor Godot entiende la cultura como una apuesta ideológica y no está dispuesto a mirar desde afuera”.

Se suele pensar que la cultura es algo que deviene de forma natural y que no hay fuerzas antagónicas e ideológicas operando dentro de ella. Un claro ejemplo son los cambios de gobierno, lo que entiende un gobierno saliente por cultura puede ser diametralmente opuesto por lo que entiende el gobierno entrante. Entonces, un gobierno puede pensar su política apoyando la generación de cultura desde las bases, ya sean barriales o comunidades, apoyar económicamente esas actividades, fomentarlas, volverlas visibles, o puede pensar que la cultura es solo lo que se genera en los espacios “culturalmente validados” como grandes teatros. Puede también proteger la producción intelectual nacional y fomentar la traducción de ese pensamiento de su país y apostar a que se conozca o puede no hacerlo y dejarlo librado a las fuerzas del mercado. Aquí solo mencionamos unos pocos ejemplos que dan cuenta cómo se puede operar dentro del campo de la cultura. Godot no está dispuesto a mirar ingenuamente, participa y apuesta, apuesta con lo que cree que sabe hacer, apuesta con sus libros. Cada libro publicado es una declaración de principios.

¿Qué áreas temáticas trabajan?

La editorial se originó con un claro enfoque al ensayo y las ciencias sociales, que de hecho abarcan el mayor porcentaje del catálogo (Walter Benjamin, Slavoj Zizek, Valentín Volóshinov, Fredric Jameson). Pero fuimos ampliando el horizonte y también publicamos traducciones de ficción (Virginia Woolf, Stefan Zweig, Marcel Schwob).

¿Cuál es el público objetivo del sello?

En principio diríamos que son hombres y mujeres de entre 25 y 45 años con cierta relación con la academia o estudios formales. Pero nuestra intención es romper con ese círculo y llegar a un público más amplio, intentar llegar a ese público inquieto intelectualmente que no necesariamente tuvo una formación intelectual formal, sino que sigue lecturas y recomendaciones.

¿Qué los motiva a expandir su presencia en América Latina?

La tarea del editor independiente no termina con el libro impreso. Cuando el libro sale de imprenta ha terminado un ciclo, pero se inicia uno aun más importante y complejo. El editor se debe al texto y tiene la obligación de hacerlo circular por todos los espacios donde pueda tener una buena recepción. Si el editor está convencido que vale la pena invertir recursos materiales e intelectuales en un texto, entonces, no puede dejar espacio sin transitar para difundir ese texto. Los libros nos cambian la forma de entender el mundo.

¿En qué otros países tienen presencia y cómo les ha ido?

Tenemos una buena y amplia distribución en todos los países de habla hispana. En España estamos empezando a trabajar con UDL; en México nos distribuye Sexto Piso hace dos años; en Chile nos distribuye Fondo de Cultura Económica hace dos años; en Uruguay el año pasado empezamos a trabajar con la distribuidora América Latina. En todos los casos, la experiencia es muy buena, siempre apostamos a una relación comercial duradera y a largo plazo, pensando en el distribuidor como un socio comercial. Y nos ha ido muy bien. En otros países aún no hemos cerrado con un distribuidor exclusivo, pero vendemos a librerías de Perú, Bolivia, Brasil, Alemania y Francia.

¿Cuál fue el primer libro editado?

El primer libro que editamos fue Doce pruebas de la inexistencia de Dios, de Sébastien Faure, que incluye ilustraciones del gran artista plástico argentino León Ferrari. Un libro crucial en su momento, un panfleto de agitación intelectual, pensado para que cualquiera pudiera entenderlo. Un texto que invita a la reflexión y guía a nuevas lecturas.

¿Cuál es la joya de la corona en Godot? Ese libro por el cual lucharon incansablemente…

A lo largo de la carrera, leímos mucho a Slavoj Zizek, un autor que nos impactó mucho. Desde que empezamos con la editorial, teníamos un mojón: publicar algo suyo en algún momento. Y se dio a fines de 2013, cuando después de mucho pujar pudimos obtener los derechos de El resto indivisible, un libro que no estaba editado en castellano. El libro se agotó el año pasado y lo reeditaremos en julio de este año. Y el mes que viene publicamos como novedad La permanencia en lo negativo, otro inédito en castellano, también de él. Así que podemos decir que esas son las dos joyas de la corona, una que ya salió y otra que viene en camino.

¿Un libro que no descansarán hasta tenerlo en su catálogo?

Miles, nunca podríamos descansar. Entre los autores argentinos que nos encantaría publicar se encuentran Saer y Piglia. Pero no podemos quejarnos: hemos editado a dos de los mejores escritores que tiene Argentina, que son Luis Gusmán y Martín Kohan. Tenerlos en nuestro catálogo es un enorme prestigio. El placer ha sido doble, dado que los hemos publicado con libros inéditos. Ni hablar de un intelectual como Eduardo Grüner, quien marcó a varias generaciones, entre otras, la nuestra, con su clásico Un género culpable y El fin de las pequeñas historias. Podríamos estar días hablando de nuestros autores.

¿Es posible que incluyan nuevas opciones al catálogo, como libros de música?

Siempre estamos pensando en qué cosas nuevas podrían editarse, para abrir un poco el juego. Por ejemplo: la editorial empezó con un sesgo muy marcado en ensayo y ciencias sociales y el plan de este año y el próximo es equilibrar y publicar más ficción; y nada quita que pueda aparecer algún libro sobre música, o sobre alguna otra temática. Sin ir más lejos: el año que viene sale Carbono, una biografía no autorizada, de un autor noruego muy importante, Dag Hessen, y es un libro de divulgación científica que apunta a un público más extenso, no necesariamente académico, en el que se explica por qué el carbono es el elemento fundamental para la vida.

¿Qué opinan del libro digital y su futuro? ¿Le apuestan a este formato?

Creemos que el libro digital es un soporte tan válido como el libro en papel, y de hecho, a pesar de que tenemos una estructura pequeña, tenemos el 90% de nuestro catálogo desarrollado también en formato digital. Y lo pensamos no solo como ventas posibles en otro formato, sino también como posible difusión de la editorial, ya que hay contenido circulando por cientos de tiendas y por lectores de todo el mundo.

¿Cómo ha sido su experiencia en el mercado colombiano y qué expectativas tienen?

Nuestra primera experiencia en el mercado colombiano fue con Artemis, la pequeña distribuidora de Rafael Chivata. La verdad es que estuvo muy bien cuando empezábamos y en eso estamos súper agradecidos, porque la gente nos empezó a conocer. Pero a medida que fue creciendo la editorial, nos dimos cuenta de que necesitábamos un mayor volumen de libros circulando, sobre todo para tener llegada a las librerías más importantes como Lerner (tuvimos la suerte de conocer a Alba, una genial librera), y las bellas Madriguera del conejo, Wilborada, las librerías de Siglo, entre otras. Tuvimos también oportunidad de viajar el año pasado para palpar mejor el mercado y nos dimos cuenta de que Godot era conocida pero que no había tantos libros circulando. Por esta razón, esta nueva etapa con Siglo del Hombre nos mantiene a la expectativa de que los libros, gradualmente y con trabajo, vayan circulando y llegando a más lectores.

¿Qué retos enfrentan los editores independientes en la actualidad frente a los grandes conglomerados?

El primer gran problema es la pugna por los espacios de visualización de los puntos de venta como las librerías, la competencia no es en el mismo orden de posibilidades. Las condiciones de partida no son las mismas; por ende, difícilmente el resultado comercial presente sorpresas. Pero, a nuestro humilde entender, las independientes tienen un par de ventajas: esta inferioridad económica nos obliga a estar mucho más afilados en otros aspectos. Salvando excepciones, en general el diseño de portadas y la experiencia de lectura de las independientes es muy superior al trabajo de los grandes conglomerados. Repetimos: hay muchas excepciones. Pero en general se puede observar cómo las editoriales independientes (categoría lábil si las hay) al ser más pequeñas se adaptan mucho mejor a las necesidades de los lectores, las tapas son de una creatividad increíble, el respeto y el cuidado de la edición no persiguen los tiempos de la rentabilidad y el lucro sino que respiran esa admiración por lo que editan.

Los cambios en las políticas en Comercio Exterior de Argentina, ¿los beneficia?

Respecto a esta cuestión, hay que ser muy cautos, porque hay que analizar el fenómeno en relación con otra multiplicidad de sucesos concomitantes, a saber: en Argentina, si bien los exportadores se vieron beneficiados porque, al devaluar el peso, cobran más pesos por cada divisa exportada, también hay que tener en cuenta que, al abrir las importaciones de libros irrestrictamente (fenómeno que aún no ha sucedido pero que en algún momento ocurrirá para los libros), esos mismos exportadores de libros se verán perjudicados porque de repente el mercado se verá inundado de saldos y libros importados que llegarán a precios muy competitivos a las librerías en Argentina. A su vez, esa misma devaluación que, a priori, puede parecer beneficiosa, hizo que, de un mes a otro, aumentaran todos los costos de la cadena del libro en un 40% aproximadamente. Y eso provoca la suba de los precios en el mercado local y una caída en la rentabilidad y en la rotación de los libros. Todos estos fenómenos, vistos en conjunto, no son para nada beneficiosos en términos generales.

¿Qué los motiva a seguir editando?

La respuesta a esta pregunta sería un buen resumen de todo lo que dijimos anteriormente. Como dijimos antes, cada título nuevo que publicamos es una declaración de principios, es la exposición de una postura, la misma etimología del término “publicar”, es decir, “hacer público” algo, nos obliga a ser responsables y cuidar adecuadamente cada edición. Hay una gran motivación, que nunca va a cesar, que es que cada vez más lectores puedan conocer Ediciones Godot y acercarse a nuestros libros, incluso, como dijimos antes, por fuera del público más académico, que fue el que se acercó primero cuando la editorial empezaba. Y, para agregar algo más, creemos que hay algo inherente al oficio de ser editor, y es la curiosidad: estamos permanentemente a la búsqueda de nuevos títulos, de posibles traducciones, de nuevos proyectos, la mayoría de las veces la cantidad de ideas superan las posibilidades de realizarlas, pero en esa actividad fluye también el devenir de la editorial.

Cuéntenos de próximas novedades.

En junio saldrá de imprenta La permanencia en lo negativo, un libro que Slavoj Zizek escribió en 1992 y que, llamativamente, nunca había sido traducido al castellano. En él, a partir de las filosofías de Kant y de Descartes, Zizek va desgranando, fiel a su estilo, el mapa político, apoyándose en ejemplos traídos del cine y del psicoanálisis, y en su formación marxista. En julio reeditaremos El resto indivisible, el otro libro de Zizek que editamos, a fines de 2013, y que está agotado. En agosto saldrá publicada La suma de los ceros, primera novela de Eduardo Rabasa, el editor de Sexto Piso. Y planeamos también, si todo sale bien, en septiembre publicar La política del modernismo, un libro inédito de Raymond Williams; en octubre reeditar Lectura y crítica, también de Raymond Williams, título que salió hace un par de años y se agotó; en noviembre, Una vida sin principios, de Henry Thoreau y en diciembre Entre mareas, el último libro de cuentos publicado en vida de Joseph Conrad.

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