Este trabajo ahonda en los nuevos modos de representación que tres mujeres artistas (Ana Mendieta, Cindy Sherman y Nan Goldin) han venido desarrollando a lo largo de las últimas décadas, utilizando una perspectiva alternativa -una mirada androcéntrica- como eje estructurador de su práctica artística. A través de un exhaustivo análisis teórico-práctico de algunas de sus obras más significativas, se intenta poner de manifiesto la importancia de la mirada de género en la expresión de la violencia simbólica, como revulsivo para la concienciación social, y como instrumento para exponer la hipocresía y las contradicciones presentes en el tratamiento de la violencia contra las mujeres.