La legitimidad e identidad en torno a un gobierno específico, así como la posibilidad de dotar de significación a la experiencia política, se sustenta en la articulación de un imaginario político por parte de la clase política. En este orden, la esfera de lo imaginario ostenta un papel fundamental para la comprensión de los fenómenos políticos en el seno de las democracias liberales contemporáneas. Con el objeto de subrayar la relevancia de la esfera de lo imaginario en el espacio político, este libro se centra en el imaginario político específico que se articuló durante los dos mandatos consecutivos de Carlos Menem (1989-1999) y que le permitiría llevar a cabo un proceso radical de reformas que cambiarían la matriz socio económica del país. Para este fin, el autor realiza un análisis interpretativo de cuatro construcciones imaginarias concretas: el juego de identificación y distinción que habilita la relación carismática, el mito político de Argentina país del primer mundo, las ideas fuerza neoliberales y la tensión de continuidad y ruptura con la tradición imaginaria peronista, elementos iconográficos que revistieron el espacio público y los medios de comunicación, y decisiones, gestos, actitudes y omisiones de la clase política.