Frente a la irrupción del discurso social en el campo de la ciencia, el autor se ha propuesto -rehabilitar la noción considerada ingenua de la verdad científica contra la idea de que la ciencia no sería más que una opinión socialmente construída-. Para ello, ilustra su objetivo con dos temas: la edad de la tierra y el movimiento de los planetas del sistema solar; lejos de afirmar sus tesis dogmáticamente, muestra cómo las ideas sucesivas aparecen , se enfrentan y permiten que las verdades científicas emerjan entre una ganga de ideas más o menos falsas y absurdas.