La memoria es la base de nuestra personalidad, de nuestra inteligencia emocional y de nuestras relaciones familiares y sociales. La memoria define los parámetros de nuestra existencia, pero, paradójicamente, también puede llegar a confirmar su inanidad. La demencia, en su sentido más amplio, hunde sus raíces en la destrucción de la memoria. Hay muchas formas de locura, pero la más cruel de sus manifestaciones es la que lleva el nombre del médico alemán que la identificó por primera vez en 1906: Alois Alzheimer. El neurocientífico Joseph Jebelli ha escrito un libro que cualquiera que se haya visto afectado por el Alzheimer, personalmente o a través de un amigo o familiar, necesita leer.