En el discurso de los juristas son frecuentes los recursos literarios y también las construcciones plasmadas en normas, en reflexiones doctrinales, en contratos o en sentencias que se basan o se aprovechan de presunciones, de ficciones, incluso de falsedades. En cuanto a las ficciones, muy conocidas en el derecho romano, su uso suele justificarse por referencia a la equidad. Pueden encontrarse algunas puramente doctrinales, habiendo otras de carácter negocial y finalmente se reconocen muchas en los textos legales positivos, que en esta monografía se examinan cuidadosamente, y se analiza el régimen jurídico que se considera conviene a las llamadas ficciones legales.