A pesar de la globalización y de la crisis de la imposición personal, el tributo constituye aún hoy en día uno de los instrumentos más importantes de redistribución de la riqueza a disposición de los Estados. Este libro se presenta en abierto disenso con las corrientes de pensamiento liberales-neoliberales, en boga, según las cuales los sistemas fiscales deberían ser neutrales respecto al mercado, venir pervalentemente regidos por el principio del beneficio o de la contraprestación y ser respetuosos con la -persona-, entendida como titular natural de los derechos patrimoniales. Este ensayo sostiene que, al menos en lo fiscal, aún ha de ser lo -público- lo que prevalezca sobre lo -privado-.