Partiendo de una reflexión crítica en torno a la historiografía del “control social” y a su necesario aggiornamento metodológico, la presente monografía pretende ofrecer una reflexión sobre el papel desempeñado por el discurso y las prácticas médicas en una serie de “laboratorios de la norma” (el manicomio, la escuela y el espacio social); esto es, en una serie de lugares en los que, de un modo u otro, se han ensayado o puesto en práctica estrategias diversas con las que “inculcar” y “enseñar” a individuos y colectivos cómo deben comportarse con arreglo a las normas establecidas por la élites hegemónicas.