La transición de China ha estado llena de éxitos en el campo de la economía. La combinación de formas mercantiles muy poderosas, pero reprimidas a lo largo de su historia y liberadas por las reformas iniciadas de 1978, han promovido intensamente las relaciones de mercado capitalista, y provocado su transformación sorprendente. La posibilidad de usar al Estado como la palanca para desarrollar este nuevo mercado ha sido decisiva para el despegue económico de China, pero también explica, y ha sido uno de los grandes motivos de este libro, las grandes incertidumbres sobre las que se posa el futuro político y social de este país.