En el nuevo orden mundial globalizado, la competencia entre bloques económicos condiciona la orientación e intensidad del proceso de integración europea afectando a los fundamentos constitucionales de los Estados nación (principio democrático, dignidad humana y Estado social). Nos preguntamos si la solución a estos problemas se encuentra en una mera reforma de los mecanismos de integración o si por el contrario resulta inevitable desembocar en una Europa Federal.