La macroeconomía predominante no pudo predecir la reciente crisis recesiva global ni prevenir su impacto. Esto no se explica por errores de aplicación, sino por fallas en la ciencia. La macroeconomía predominante se basa en hipótesis deductivas: la -racionalidad- de los agentes, la vigencia de expectativas racionales y la existencia de mercados completos que siempre se desequilibran. Pero otras corrientes macroeconómicas demuestran que en la realidad no predominan ni la racionalidad de los agentes ni las expectativas racionales que influyen en sus decisiones. Es necesario reemplazar una macroeconomía construida sobre hipótesis deductivas irrelevantes, por investigaciones empíricas serias.