El cuerpo contiene la historia de nuestra vida. Se modela en función de los que vivimos. Las experiencias negativas dejan huella en él, se transforman en tensiones musculares. Por eso, a veces el cuerpo se deforma. La herencia de duras experiencias puede engendrar dolencias físicas y psíquicas.
Es imposible cambiar nuestra historia personal. Sin embargo, mediante la práctica de la gimnasia emocional, podemos liberarnos de traumas del pasado y de heridas inscritas en nuestro cuerpo.