En las películas de Agnès Varda los espigadores recogen fragmentos que el sistema de producción capitalista abandona como parte del excedente cotidiano necesario para que el consumo se mantenga en una tensión constante. Con su gesto, estos espigadores contemporáneos realizan un acto de subversión, al romper el papel de subordinados que se les atribuye en la cadena de trabajo para el consumo. Esta actuación subversiva es la que este libro trata de llevar al debate público a partir de la quiebra de posiciones dualistas naturalizadas como emisor/receptor, enseñar/aprender que dejan pocos resquicios a la capacidad de acción, resistencia y reinvención de los sujetos.