En el texto se muestra cómo la investigación representa un ejercicio indispensable para la cualificación de la docencia y para dar respuesta a los desafíos locales, regionales y globales. Pensar la investigación implica, entre otras cosas, problematizar el saber social, establecer relaciones entre complejidad y epistemología, analizar sistemas conceptuales propios de la modernidad y asumir ciertos desafíos epistemológicos.