"Su caso, a pesar de algunas diferencias esenciales, es semejante al mío, por lo menos se encuentra en el mismo lado del mundo. Me confirma, como un amigo". Así escribió Kafka el 21 de agosto de 1913, luego de haber leído algunos fragmentos de la obra de Kierkegaard. Aunque tengamos esta clara declaración de amistad ideal proclamada por el mismo escritor checo, la trama de esta relación sigue siendo un tema por descubrir. Este libro explora este mismo lado del mundo que Kafka estaba convencido de compartir con Kierkegaard. Gracias a un análisis por medio de figuras literarias -Don Juan, Fausto y el Judío errante-, el libro sondea las implicaciones de la existencia poética de los dos autores con respecto a las relaciones que ambos tuvieron con el Otro (Don Juan), con ellos mismos (Fausto) y con el propio malestar que la misma actividad literaria supuestamente involucra (Judío errante).